Vendré cuando menos lo esperes

Mi muy querida y amada hija, Yo deseo que todos ustedes, Mis preciosos seguidores, confíen en todo lo que Yo les enseñé y en todo lo que Yo les digo ahora, porque todos Mis Planes son de acuerdo a la Voluntad de Mi Padre Eterno. Nunca debéis temer el futuro porque todo está en Sus Santas Manos.

Confía y encontrarás la paz. Mi Plan finalmente se realizará y todo sufrimiento será derrotado y todo mal abolido. Es tiempo de aceptar la Verdad, aunque pueda ser aterradora. Cuando pongas toda tu confianza en Mí, aliviaré tu carga y Mis Gracias te llenarán de Mi Amor, que te traerá gran consuelo en estos tiempos desgarradores.

Vendré en el momento en que menos lo esperéis y hasta entonces debéis rezar, rezar, rezar por aquellos que no Me conocen, así como por aquellos que Sí Me conocen, pero que se niegan a reconocer Quién Soy.

Continúo derramando sobre ti el Don del Paráclito para asegurarme de que no te alejes de Mí. Cada Don será concedido a aquellos que Me aman con corazones humildes y contritos. Sin embargo, Mi Amor no alcanzará a aquellas almas que eligieron honrarme en sus propios términos defectuosos. Tampoco tocará los corazones de almas obstinadas que creen conocerme, pero cuyo orgullo les ciega a la Verdad, dada a ellos desde el principio.

La Verdad viene de Dios. La Verdad vivirá hasta el fin de los tiempos. La Verdad será revelada en su totalidad, pronto, y entonces cortará los corazones de aquellos que rechazaron Mi Mano de intervención. Entonces, Mi Ejército se levantará junto en la Gloria de Dios para proclamar la Verdadera Palabra de Dios hasta el último día. Traerán con ellos las almas de los paganos que se darán cuenta de que sólo hay un Dios. No serán los paganos los que no Me aceptarán. En cambio, serán las almas de los cristianos a quienes se les dio la Verdad, pero que caerán en un grave error. Es por estas almas cristianas por las que más anhelo y es por ellas por las que os pido que recéis, cada hora del día.

Tu amado Jesús