'Mary Magdalene at the Sepulchre' - Harold Copping
Mi querida y amada hija, Yo Soy el Protector de todos los hijos de Dios - cada uno de vosotros, independientemente de vuestro sexo, edad o credo. Yo Soy el Protector de Mi Iglesia en la tierra y ningún hombre prevalecerá contra ella. Permanecerá intacta, aunque muchos Me habrán abandonado.
Aquellos que Me abandonan, que cambian la Palabra de Dios, no pueden decir que son de Mi Iglesia, porque Yo no puedo proteger a una iglesia que no dice la Verdad. La verdadera prueba de tu fe ha comenzado y, pronto, estarás confundido y no sabrás a donde acudir. Estén seguros, que misericordioso como Soy, nunca me quedaré y permitiré que los traidores profanen Mi Cuerpo. Ellos sólo irán hasta cierto punto antes de que la fuerza atronadora de la Mano de Dios sea escuchada.
Debes enfocarte en Mí y aceptar que La Tribulación se ha intensificado, y que todas las cosas predichas deben ser atestiguadas. Sólo cuando las profecías, dadas al mundo en el Principio, se hagan aparentes, el hombre comprenderá plenamente que Mi Tiempo está casi sobre él. Nunca debes temerme, porque Mi Amor y Misericordia son expansivos. Teme sólo a aquellos que no vienen de Mí, porque es el espíritu del mal el que les impulsa a hacer cosas terribles. Sólo con la oración puedes ayudarles a expiar sus pecados, y con un acto tan generoso, puedes disipar el humo de Satanás. Sus humos envuelven el mundo en este momento, pero poder reconocer su presencia es más difícil, de lo que podéis imaginar. Su influencia se oculta siempre tras un exterior de preocupación; actúa humanitariamente y se presenta de la forma más inesperada, pero respetuosa. El hombre que ha sido bendecido con el Don del discernimiento comprenderá cómo opera Satanás. El reconocerá sus obras, no importa cuan cuidadosamente disfrazadas sean presentadas a un mundo, que es ciego a la Verdad.
Pronto, Mi Voz despertará dentro de los corazones de los hombres, su espiritualidad; un sentido de quiénes son; una comprensión de a quién pertenecen; y una conciencia de la Vida Eterna que Yo les traeré. Sabed que cuando este despertar comience, el Poder de Dios se hará sentir, cuando la Justicia de Dios surja de las cenizas, y cuando un faro de Luz devuelva la vida al campo estéril, que habrá sido dejado en un estado marchito, por el maligno. Mi Voz será oída y muchos se escandalizarán cuando ese día comience. Retumbara como un trueno y cada hombre justo se doblara sobre una rodilla, en alabanza a Dios. Yo Vengo por aquellos que son más indignos de Mi Misericordia, primero. Ellos son los que deberían ser los últimos, por la forma en que Me trataron. Y, sin embargo, ellos serán llamados a Mi Reino primero. Los justos serán los últimos. Los malvados serán dejados atrás.
No se dejará piedra sin remover, hasta el último segundo, y aquellos que clamen por Mi Misericordia la recibirán. Aquellos que Me maldigan serán maldecidos.
