miércoles, 8 octubre 2014 20:25
a los cardenalesa los obispostraición a Jesúsdolor del salvadorCruzada Oracionesa los sacerdotestraición del cleroal cleroMi querida y amada hija, qué fríos se han vuelto los corazones de los hombres. Qué poco les importan las necesidades de los demás o el Regalo de la vida. Han permitido que sus corazones se enconen porque ya no tienen la capacidad de que el verdadero amor reine dentro de sus almas. Una vez que el amor se debilita, y cuando la caridad por las necesidades de los demás se vuelve escasa, entonces no se producirá más que injusticia.
Cuando el amor disminuye, Dios disminuye en vuestras vidas. Para aquellos que una vez me amaron, y que ya no creen en Mí, sus corazones se convertirán en piedra. Cuando deis la espalda al amor de los unos por los otros, os volveréis estériles e inquietos. Vuestra falta de amor os llevará a aceptar todo tipo de prácticas, que son aborrecibles para Mí. Todo lo que Yo defiendo será desechado por vosotros. Toda la vida, dada a la humanidad, por el Poder de Dios, será manipulada y, en muchos casos, destruida por vosotros. Vuestro respeto por las Leyes de Dios y la vida humana ya no significarán nada. Tu apego a todas las cosas terrenales, y a los bienes mundanos que producen, te dejará sin satisfacción.
Cuando endurecéis vuestros corazones contra Dios, la humanidad sufre enormemente. Cuando el poder del mal reemplaza el amor que el mundo una vez tuvo por Mí, Jesucristo, sepan entonces que los tiempos están casi sobre ustedes.
Abandonen sus caprichosas y temerarias búsquedas de placer. No intentéis cambiar las Leyes de Dios para adaptarlas a vuestras vidas pecaminosas. Pedid, pedid, pedid Mi Intervención, para que Yo pueda mostraros el Camino. Si no volvéis al camino de la Vida Eterna, que fue labrado para cada hijo de Dios, entonces nunca podréis ser parte de Mi Reino.
Tu Jesús