lunes, 6 octubre 2014 13:55
Volume 5falsa misericordiaaceptación del pecadosinla esclavitud del pecadoegoísmoal cleroLa ira de DiosMandamientos de DiosMis queridos hijos, los Diez Mandamientos establecidos por Dios nunca pueden ser reescritos, porque eso sería un sacrilegio. El hombre nunca puede alterar la Palabra y llegará el día en que la Ira de Dios descenderá sobre la humanidad, cuando los Diez Mandamientos sean considerados por el hombre como defectuosos. Cuando esto suceda, sabed que la Palabra de Dios ya no será reverenciada y que la humanidad será llevada a un grave error.
A ningún hombre, o siervo sagrado, se le ha dado la autoridad para invalidar los Diez Mandamientos o la Palabra de Dios. Ninguna excusa puede ser hecha para negar la Verdad de la Palabra de Dios. Las Leyes de Dios pronto serán anuladas por millones de personas. Entonces, todos aquellos que caigan en el engaño, que vendrá como resultado, serán cegados por la oscuridad. El Espíritu Santo nunca podrá iluminar a aquellos que niegan la Palabra o que condonan el pecado. Cuando el Espíritu Santo ya no está presente, y cuando la Palabra ha sido adaptada, para satisfacer las necesidades egoístas del hombre, entonces cualquier nueva ley no significará nada a los Ojos de Dios.
Los enemigos de Dios se moverán rápidamente para derrocar la Verdad y la Iglesia de Mi Hijo será dividida en dos. Aquellos que defiendan incondicionalmente la Verdad serán maldecidos por decirla. Aquellos que pronuncien profanidades y declaren que estas son la Verdad serán aplaudidos. El espíritu del mal se posará en los corazones de los descarriados y muchas almas se perderán. No podrán presentarse ante mi Hijo y declararse íntegros, porque se niegan a reconocer la Verdad que les ha sido dada por la Misericordia de Dios.
Pronto se declarará que Dios es Misericordioso con todos los pecadores, no importa lo que hagan para ofenderle.Esto es cierto, pero cuando lo ofendan, presentando ante Él toda abominación y herejía y luego declaren que éstas son aceptables para Dios, Él se apartará de ellos con disgusto.
El hombre estará tan lleno de sus propios deseos, para satisfacer su vida pecaminosa, que pronunciará actos ilícitos como deseables a los Ojos de Dios. Esto equivaldrá a mentiras. Y, cuando se atrevan a presentarlas ante los altares de Dios, estas almas serán expulsadas. Si se dejan llevar a un grave error, pondrán sus almas en grave peligro.
Te pido que recites los Diez Mandamientos tan a menudo como puedas. Al hacerlo, sabrás qué es lo que se requiere de ti para servir verdaderamente a Dios.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación