Preocúpate primero de tu propia alma y luego reza por los demás.

Mi muy querida y amada hija no permitas que haya división entre Mis Seguidores en esta misión de salvar almas, porque ese es el deseo de aquel que Me odia. Cuando mis amados seguidores Cristianos se dividen, y cuando luchan unos contra otros en Mi Nombre, esto Me trae gran tristeza. Mi tristeza se agrava cuando aquellos que proclaman Mi Palabra luego la niegan causando daño a otros, a través de medios crueles, con el fin de infligir veneno.

Todos los hijos de Dios son iguales a Mis Ojos. Sepan que los buenos entre ustedes no son inmunes a la tentación de Satanás, mientras que aquellos con desesperación y odio en sus corazones no son inmunes a Mis Dones. Cada uno de vosotros es un pecador. No vengáis nunca ante Mí y Me digáis que un alma no es digna de Mí. No denuncies a otra persona ante Mí y la declares malvada; porque ¿quién eres tú sino un simple pecador a Mis Ojos?

El mundo está lleno de amor. Pero también está lleno de odio e indiferencia hacia Mí, Jesucristo, debido a la existencia del pecado. Sólo cuando el pecado sea erradicado, el mundo estará completo. Por lo tanto, debes preocuparte primero por tu propia alma y luego orar por los demás. Cuando hagáis esto, derramaré Mi Misericordia sobre todos vosotros. Cuando el hombre que se exalta ante Mí y habla mal de otro hombre, llegará el último ante Mi Sede del Juicio, mientras que el hombre que se humilla ante Mí llegará el primero.

¿Cuándo aceptaréis de verdad Mis Enseñanzas? ¿Por qué decís que sois de Mí cuando mostráis odio a los demás? Nunca seréis dignos de Mi Reino hasta que os despojéis de vuestro manto de justicia propia y de vuestra armadura de orgullo.

Tu Jesús