Pide y recibirás. Permanece en silencio, callado y no podré responderte.

Mi querida y amada hija, las mareas han cambiado y en su estela vendrán muchos cambios como fue predicho. No tengas miedo porque Yo, muchas veces, te he dado Mi Palabra de que todo terminará con Mi Gran Misericordia, que barrerá cada alma hacia la Luz de Mi Amor y Compasión. Teme sólo a Mi Justicia pero cuando sea desatada sabe que será por el bien de los demás y por la salvación del mundo que esto sea permitido. Llevo a cabo castigos sólo para detener la propagación del odio y para despertar dentro de esas almas, ennegrecidas por la mancha del pecado, cualquier amor, que aún pueda permanecer dentro de ellas para que vengan a Mí.

¿Por qué el hombre y, especialmente el hombre devoto, cree que sabe más que Yo? ¿Que es más inteligente que Aquel que lo creó? ¿Que su evaluación racional de todas las cosas de Mí puede erradicar Mi Presencia? La arrogancia y el orgullo del hombre en sus propias proezas serán su perdición. El hombre no tiene poder, sólo el que reside dentro de su alma. La fe, cuando es pura, es algo poderoso y es a través de la fe y sólo de la fe que Yo, Jesucristo, te traigo esperanza, amor y alegría. Sólo Yo puedo dar al hombre grandes dones, pero a menos que me los pida, no puedo imponérselos a su libre albedrío.

Pide y recibirás. Permanece en silencio, callado y no podré responderte porque no vienes a Mí. Vuélvete siempre a Mí y pídeme cada favor, porque Yo responderé a tu llamada cada vez. No Me des la espalda y digas: todo irá bien, la vida se arreglará sola. La vida hay que ganársela. La eternidad es un regalo de Dios y se da a aquellos que la piden. Tristemente, muchos desperdiciarán su oportunidad de Vida Eterna porque creen que la humanidad es más poderosa que cualquier Dios que pueda o no existir. Y así dictarán su propio destino y darán la espalda a la Vida Eterna por el pecado del orgullo, tan tercos son.

Me negaron en sus vidas en la tierra y me negarán cuando esté ante ellos, con los brazos extendidos, en el Gran Día. Se apartarán y caminarán hacia la guarida del león de donde nunca encontrarán un minuto de paz.

Tu Jesús