Mi palabra, dirán, ofende tanto que se considerará políticamente incorrecta

Mi querida y amada hija si no fuera por Mi Paciencia, Mi Castigo sería infligido ahora sobre los injustos que azotan a Mi Iglesia en la tierra.

El odio contra el Cristianismo está siendo infligido sobre ustedes de tres maneras. La primera es la apostasía global, la cual es encabezada por Mi némesis quien engaña al mundo para que rechace todo lo que es de Mí y me arroje a un páramo dejado a la putrefacción. La segunda viene a causa del racionalismo y la interferencia humana en Mi Palabra, difundida por eruditos de Mi Palabra que no están llenos del espíritu de la Verdad sino que están, en cambio, atiborrados de justicia propia, la cual es alimentada por el orgullo. Tan bien versados creen estar en la interpretación de Mis Enseñanzas que añadirán nuevos codicilos y ajustarán lo que Yo enseñé para satisfacer sus propias necesidades egoístas. Y luego, están aquellos cuyos corazones están hechos de piedra - fríos, insensibles y llenos de un profundo e intenso odio hacia Mí y hacia cualquiera que practique el Cristianismo a la vista de todos.

La influencia del demonio se manifiesta de tantas maneras que el hombre, por sí solo, será incapaz de resistir las exigencias que le impondrán estos tres grupos que tratarán de impedir que proclame la Verdadera Palabra de Dios. Mi Palabra, dirán, causa tanta ofensa que se considerará políticamente incorrecta y, por tanto, ésta será la razón principal para cambiar radicalmente el rostro del cristianismo. Sólo los sencillos, la gente cuyo amor por Mí se asemeja al de los niños pequeños, me serán leales porque el resto estará demasiado ocupado implementando los cambios relativos a la interpretación de Mi Palabra. Y durante todo este tiempo, los sacerdotes que he llamado para dar testimonio de la Verdad se prepararán para preservar la Verdad.

Ocultar la Verdad traerá una terrible oscuridad. Cambiarla es una burla de Mi Crucifixión. Presentar un sustituto de la Verdad es negarme completamente. Sin embargo, los mayores perpetradores serán aquellos que se jacten de su conocimiento de Mí - su santidad enmascara falsedades y sus palabras y acciones nunca te atraerán a Mí porque el Espíritu Santo no estará presente en sus almas. Cuando el Espíritu Santo no este presente ellos - estos traidores de Mi Palabra - atraerán la oscuridad en otros quienes con entusiasmo abrazaran sus mentiras. Todas estas falsedades llevaran la señal del maligno - el pecado de orgullo - la puerta al desierto. Una vez que esta puerta se abra todas las demás iniquidades fluirán a través de ella y las almas de todos aquellos que sucumban a la herejía se volverán estériles.

Sin la Verdad vivirás en un mundo donde nada de lo que oigas te traerá paz. Sin la Luz de Mi Presencia el sol no brillará- se volverá opaco y lánguido y luego se convertirá en una neblina hasta que, por la mano del hombre mortal, dejará de traer luz para que aquellos que tienen ojos y que se negaron a ver ya no vean, mientras que aquellos que vieron y aceptaron el Espíritu de Dios verán.

Tu Jesús