miércoles, 15 junio 2011 10:00
Volume 1a los creyentesa los enemigos de la Misiónhumildadamor a los vecinosfariseosinteligenciaorgulloHoy, hija Mía, quiero advertir a aquellos devotos seguidores Míos, que proclaman públicamente Mi Nombre, que sigan la Verdad de Mis Enseñanzas y que anden con cuidado.
Amo a todos Mis seguidores y especialmente a aquellos que muestran humildad en todo momento. Me frustro, sin embargo, cuando cristianos solemnes y serios, que hablan Mi Palabra, tratan de analizar Mis Enseñanzas de una manera ruidosa y dictatorial. No les basta con difundir Mi Palabra, sino que sienten que deben llevar Mis Enseñanzas a un debate intelectual humano, que sólo sirve para una cosa. Demostrar a los demás que están más cualificados para comprender Mi Santísima Palabra. Tan empeñados están en demostrar que tienen razón en su discernimiento, que dividen a Mis verdaderos seguidores. Su solemne y ferviente devoción a Mí, a menudo puede hacerlos impotentes en su verdadero amor por Mí, que siempre debe provenir de la humildad.
Deben callar sus voces altas, llenas de crítica intelectual. Deben detenerse, escuchar Mi Voz y resistir el impulso de demostrar a los demás su conocimiento de los asuntos espirituales. Cuando hacen esto son culpables del pecado de orgullo. No Me conocen en absoluto. Porque no se toman el tiempo para permanecer callados y humillarse ante Mis Ojos, que todo lo ven. Hasta que estos solemnes seguidores Míos se vuelvan pequeños ante Mis Ojos y se rebajen ante Mí, no podré atraerlos hacia Mí.
Glorifícame. Honra Mi Palabra. Sigue Mi ejemplo. Nunca persigas a otros en Mi Nombre, especialmente a tus compañeros cristianos.
Tu amado Maestro y Salvador
Jesucristo