El amor abundante en la adoración te hace más fuerte y más tranquilo

Mi amada hija, las gracias recibidas por Mis hijos en la Adoración Eucarística son poderosas. No sólo te dan las gracias para hacer frente a los sufrimientos de la vida, sino que te hacen más fuerte en tu amor por Mí, tu devoto y leal Salvador.

El amor que se derrama sobre las almas durante la Adoración se da en abundancia. El alma siente esta inundación de Mis gracias de muchas maneras diferentes. El primer don es el de la paz en tu alma. Sentirás esto instantáneamente después de haber completado tu tiempo en estrecha unión Conmigo.

Muchos, muchos de Mis hijos se están negando a sí mismos los muchos Regalos que tengo para ofrecer en la Adoración, donde pasas una hora de tu tiempo ante Mi Presencia en el altar. Aunque los católicos son conscientes del Poder de la Eucaristía, muchos no reconocen la importancia de este importantísimo tiempo Conmigo en contemplación. Simplemente ignoran este Don. Les aburre tener que pasar este tiempo extra Conmigo.

Oh, si supieras lo fuerte que esto les haría. Sus miedos y preocupaciones se disiparían si tan sólo Me hicieran compañía en una reflexión íntima y silenciosa. Si Mis hijos pudieran ver la Luz que envuelve sus almas durante esta Hora Santa especial, se asombrarían.

Hijos, es durante esta hora cuando os hacéis muy, muy cercanos a Mí. Aquí es donde vuestra voz, vuestras súplicas, vuestras promesas de amor por Mí, serán escuchadas. Muchas gracias maravillosas os son dadas, hijos, en esta hora, así que por favor no ignoréis Mis súplicas de pasar este tiempo en Mi compañía.

Las recompensas te liberarán de las preocupaciones
Las recompensas te harán libre de preocupaciones, ligero de corazón, mente y alma, y más tranquilo en ti mismo. Cuando me recibas en la Eucaristía, llenaré tu alma. Pero cuando vengas a Mí en Adoración, te envolveré hasta tal punto, que las compuertas de Mi Amor Misericordioso saturarán tu mente, cuerpo y alma. Sentirás una fuerza, que te producirá una tranquila confianza que te será difícil ignorar.

Venid a Mí, niños, ahora. Necesito vuestra compañía. Necesito que habléis Conmigo cuando Mi Divina Presencia es más fuerte. Os amo y quiero derramar todas Mis gracias sobre vosotros, para que podáis infundir vuestras almas a Mi Sagrado Corazón.

Tu amoroso Salvador
Jesucristo