Madre de la Salvación: Mi Hijo, Jesucristo, será traicionado por otro Judas y uno con gran autoridad

Mi querido hijo, cuando Judas Iscariote traicionó a mi Hijo, Jesucristo, tuvo consecuencias de largo alcance. Porque él era uno de los aliados más cercanos de mi Hijo, y como miembro de Sus preciosos apóstoles, su traición fue muy dolorosa para mi Hijo. Debido a que él, un traidor, vino desde dentro del Dominio de mi Hijo, esto significó que las dudas se deslizaron entre aquellos que no estaban seguros de si mi Hijo era o no, de hecho, el Verdadero Mesías. Las dudas se extendieron y muchos de sus apóstoles y seguidores se sintieron confundidos, perdidos y asustados. Sabían que una vez que fuera capturado por Sus enemigos, la Verdad sería cuestionada y luego negada. También sabían que, si defendían a mi Hijo públicamente, ellos también sufrirían y podrían haber acabado teniendo que soportar el mismo castigo que le infligieron a Él. Sabían también que no habrían tenido el valor de enfrentarse desafiantemente a Sus enemigos, por miedo al ridículo.

Por lo tanto, la traición de mi Hijo, desde dentro de Su Iglesia en la Tierra será la misma. Mi Hijo será traicionado por otro Judas y uno con gran autoridad, desde dentro de Su Iglesia en la Tierra. Cuando esta, la segunda mayor traición, desde que Judas Iscariote vendió a mi Hijo por treinta monedas de plata, tenga lugar, hará que la gente de cada raza, nación y fe cristiana, cuestione la Verdad. Esta traición también tendrá consecuencias de largo alcance, porque pondrá en tela de juicio todos y cada uno de los aspectos de la Divinidad de mi Hijo. Cuando esto ocurra, la Verdad se derrumbará. En su lugar, se levantará un cadáver, podrido hasta la médula, sin ningún signo de vida. Una doctrina muerta será levantada y vestida con todos los falsos atributos asociados con mi Hijo, pero no dará ningún fruto. Sin embargo, parecerá una nueva conversión.

La verdadera conversión viene del amor de la gente por Dios, impulsada por el Don del Espíritu Santo y por su propia libre voluntad. Esta nueva doctrina será impuesta al mundo, sin tu libre albedrío. Recházala y serás castigado por los enemigos de mi Hijo.

Aquellos que traicionen a mi Hijo en los últimos días no tendrán vida. Los que no lo traicionen vivirán para siempre en la Gloria de Dios.

Tu querida Madre

Madre de la Salvación