Sufre en silencio cuando te atormenten, sufras formas viles de crueldad, te calumnien, te maltraten o se burlen de ti en Mi Nombre.

Mi querida hija, cuando un hombre dice que sabe de ciencia, tendrá que demostrarlo para que creas en él. Cuando un maestro dice que sabe de muchas cosas, sabrás lo bueno que es si puedes aprender de él. Cuando un hombre de Dios dice que lo sabe todo acerca de Dios, puede impartir esta información y tú estarás bien informado. Pero, cuando un hombre de Dios dice que es inspirado por el Espiritu Santo, tu lo conoceras solo por los frutos que produce y no por el conocimiento que imparte.

Cuando el Espiritu Santo esta Trabajando esto resultara en muchos frutos, los cuales se presentaran de la siguiente manera: Las personas que son atraídas por el Espíritu Santo serán atraídas más cerca de Dios. Amarán a los demás con mayor intensidad que antes. Compartirán su amor. Entonces, querrán pasar más tiempo en oración y, especialmente, donde rezarán por las almas de los demás, más que por sus propias intenciones.

El Amor de Dios se hará más profundo y personal. Y, al permitir que el Espíritu Santo los envuelva, sentirán una necesidad urgente de entregarse plenamente a la Voluntad de Dios. Aquellos que son inspirados por el Espíritu Santo no mostrarán odio hacia aquellos que los desprecian. Por el contrario, se esforzarán, a través de la oración, en rogarme que salve a esa alma.

El Amor de Dios sólo puede penetrar en el alma por el Poder del Espíritu Santo. El alma siempre sentirá paz y tranquilidad, a pesar del sufrimiento que inevitablemente tendrá que soportar, cuanto más cerca esté de Mí, su Jesús.

Yo no divido a las personas. Atraigo a Mi Sagrado Corazón a los bienaventurados, a los que tienen suficiente amor, nacido de un profundo sentido de humildad hacia Dios. Una vez instalados en Mí, su único deseo es traerme almas. Cuando lleguen a ser verdaderamente Míos, en unión Conmigo, serán objeto de odio. El odio que se les muestre no les importará, porque no Me abandonarán, si su amor por Mí es lo suficientemente fuerte. Podrán caer, de vez en cuando, porque serán blanco de la opresión. Sentirán el dolor del rechazo, igual que Yo. Se burlarán de ellos, los castigarán y los llamarán tontos, igual que a Mí. Sentirán una pesada carga por la forma en que serán condenados al ostracismo, igual que yo. Su conocimiento y su sabiduría, dados a ellos por el Espíritu Santo, serán viciosamente opuestos y sin embargo, lo que ellos digan en Mi Nombre, permanecerá arraigado en la memoria de todos aquellos con los que entren en contacto.

Así que, Mis amados discípulos, pensad en Mí, mientras camino entre vosotros. Puede que no Me veáis, ni Me toquéis, ni miréis a la Luz de Mi Rostro, pero sabed que Estoy con vosotros, como lo Estuve cuando caminé por la Tierra con Mis amados apóstoles. No busco a los inteligentes, a los entendidos o a los incondicionales de la sociedad, aunque les doy la bienvenida y les abrazo, como a todos los hijos de Dios. No busco la aprobación de los sabios, de los exaltados entre vosotros, de los líderes de vuestros países o iglesias. No busco el sello de aprobación, que el hombre desea tan ardientemente. Por el contrario, busco a los mansos, a los humildes y a los que sólo se preocupan por el bienestar de los demás, por encima de sus propias necesidades. Estas son las almas que son bendecidas por Mi Mano. Su amor por los demás refleja Mi Propio Amor. Aceptan el sufrimiento igual que Yo y les importa poco. Estas personas son la columna vertebral del Cristianismo y el Espíritu Santo está arraigado en sus almas, para el bien de todos los hijos de Dios.

Nunca te avergüences del Don del Espíritu Santo. Sufre en silencio cuando te atormenten, sufras viles formas de crueldad, te calumnien, abusen o se burlen de ti en Mi Nombre, pues cuando permanezcas con la cabeza inclinada, el demonio y todas esas almas desdichadas que utiliza para atormentarte, fracasarán en sus intentos de alejarte de Mí.

Levántate y declara tu lealtad a Mí con ligereza de corazón y pureza de alma y te bendeciré con el Don de la Paz y la Tranquilidad.

Tu Jesús