jueves, 13 febrero 2014 13:43
Volume 4preparativos hasta el último díadepuraciónoración en el Jardín¿por qué castigos?Purgatorioa los incrédulosMi dulce niña, ¿por qué te preocupas por las dificultades que tienes que afrontar cada día en esta Misión? ¿No sabes que Todo el Poder está en las Manos de Mi Padre, Dios Altísimo?
Cuando la humanidad esté soportando la limpieza final, puede que no sea agradable, pero sin ella las almas no se purificarán. Este es el momento en que las almas tendrán que soportar el dolor del Purgatorio en la Tierra. Sólo aquellos que son puros y con almas limpias pueden entrar en el Nuevo Paraíso que es el Reino de Dios. Por eso, en lugar de tener miedo, os exhorto a todos a aceptar la Intervención de Dios en el mundo. Resígnense a lo que debe ser, a lo que debe tener lugar y a cualquier acción que se requiera para protegerlos a todos ustedes de la maldad y las injusticias, que serán infligidas a la raza humana por aquellos cuya única lealtad es a sí mismos y a aquellos que son agentes de Satanás.
Es el deseo de mi Hijo unir a todas aquellas almas inocentes que no creen primero en Dios. Mi Hijo sabe que aquellos que aman a Dios, pero que tal vez no lo aceptan, se volverán a Él con el tiempo. Él tiene confianza en aquellos que verdaderamente Le aman, pero que rechazan Su Intervención a través de estos Mensajes Divinos, ya que ellos también vendrán corriendo hacia Él. Son aquellos que no Le conocen y aquellos que se niegan a aceptar Quién es Él, por los que Él se preocupa más. Así que recuerden siempre que estas almas perdidas serán las primeras almas, que mi Hijo anhela más. Estas son las personas que más le hieren; que le causan terrible dolor y sufrimiento y que fueron la causa de Sus Lágrimas de Sangre, cuando sufrió la Agonía en el Huerto.
Los castigos son enviados, no sólo como castigo por los pecados de la humanidad, sino como medio de hacer que la humanidad recapacite y se arrodille con humildad. Cuando el hombre se limpia de su arrogancia, de su creencia en su propia grandeza y de la creencia errónea de que su poder es mayor que el de Dios, sólo a través de esa purificación puede hacerse apto para comparecer ante Dios.
Una persona que está en pecado mortal y que se niega a mostrar remordimiento nunca podrá soportar el dolor de la Luz de Dios. Por eso, es un Acto de Misericordia que Dios intervenga, para preparar esa alma, para que ella también pueda participar de la Gloria de Dios. Es debido al Amor de Dios y a Su Generosidad, que Él permitirá que estos tiempos difíciles, que ya han comenzado, tengan lugar. No porque Él quiera simplemente castigar a Sus hijos por su maldad, sino para asegurar que sean hechos dignos de la Vida Eterna.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación