domingo, 2 febrero 2014 17:09
Volume 4a los soldados del Ejército Remanenteodio a Diosa otras iglesiastraición a Jesúsdolor del salvadora los enemigos de la Misiónotras religionesodio a esta Misiónluchar contra esta MisiónEl Rosario como protección contra el pecadoRosario diarioRosariofariseosMadre de la SalvaciónJesús confío en tipreparación para la persecuciónLa luz de DiosLa estancia de Jesús en la TierraEl Ejército del Remanente, tratado como una sectaMis queridos hijos, os pido que recéis mi Santísimo Rosario todos los días a partir de ahora para proteger esta Misión de los ataques satánicos. Rezando mi Santísimo Rosario, cada día, diluiréis la maldad de Satanás y de aquellos sobre los que influye, cuando intenta apartar a las almas de seguir este especial Llamado del Cielo.
Todos los que profesan diferentes religiones deben comenzar también a rezar mi Santo Rosario, porque les traerá a cada uno de ustedes una gran protección. El Santísimo Rosario es para todos y para aquellos que quieran beneficiarse de mi protección - el Don que recibí de Dios para defender a las almas del maligno.
Muchos de vosotros, queridos hijos, seréis atormentados a menos que cedáis. De lo contrario, os alejaréis de esta Misión. Los enemigos de Dios usarán todo el poder que puedan para deteneros. Tirarán de vosotros, os gritarán improperios y os acusarán de cosas malas. Ignora esto y permíteme a mí, tu amada Madre de Salvación, darte consuelo y proporcionarte toda la protección que necesites.
Durante la Misión de mi Hijo en la Tierra, fue traicionado de muchas maneras. Le esperaban en las aldeas, con piedras en las manos. Cuando pasaba, con cientos de personas siguiéndole, le lanzaban esas piedras desde detrás de los refugios, para que nadie supiera quiénes eran. Lo odiaban; lo denunciaron a las autoridades eclesiásticas; difundieron perversas mentiras sobre Él y dijeron que hablaba con mala lengua y blasfemaba contra Dios. Sin embargo, ninguno de ellos pudo explicar exactamente cómo era culpable de tales cosas. Entonces pasaron mucho tiempo instando a sus discípulos a que le negaran. Muchos de ellos lo hicieron. Luego, los fariseos advirtieron a todos los que adoraban en los templos que, si continuaban siguiendo a mi Hijo, nunca más se les permitiría entrar en la Casa de Dios. Y muchos de ellos dejaron de seguir a mi Hijo. Estas mismas almas lloraron lágrimas amargas y dolorosas después de que mi Hijo fue crucificado, porque sólo entonces se dieron cuenta de cómo le habían agraviado.
Lo mismo sucederá con esta Misión, que prepara el camino del Señor y el Gran Día para la Segunda Venida de mi Hijo. Se hará todo lo posible para debilitar a la Iglesia Remanente. Cada intento será hecho para debilitar su resolución. Todo plan será creado para animaros a dar la espalda a vuestra propia salvación y a la de los demás.
Nunca debes permitir que el espíritu del mal apague tu espíritu, debilite tu fe o te anime a negar a mi Hijo. Nunca pierdas la confianza en mi Hijo o en Su Promesa de venir de nuevo para traer al hombre el Nuevo Comienzo. El nunca te defraudará. Él comprende lo difícil que es para todos vosotros, el dolor que soportáis, así como los sacrificios que hacéis por Él.
Recuerda, tú eres Suyo y cuando eres verdaderamente parte de Él y te entregas a Él, te conviertes en parte de Su Luz. La Luz de Dios, presente en las almas, saca la oscuridad, que está presente en otras almas. Cuando Satanás utilice a las almas de esta manera, hará sentir y conocer su ira. Cuando se levanten objeciones contra esta Misión, bendecida por Dios, nunca serán racionales ni serenas. El frenesí que se manifieste será un signo claro de hasta qué punto esta Misión es odiada por Satanás. Por eso mi Santo Rosario debe ser rezado, cada día, por todos vosotros, para proteger esta Misión.
Confiad siempre en mis instrucciones, porque me ha dicho mi Hijo que os ayude a todos a afrontar las presiones que tendréis que soportar en Su nombre.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación