miércoles, 29 enero 2014 15:00
Volume 4inmoralidad sexualno hay reacción para el malfidelidad a la Verdadel bien como malinmoralidadviolenciaegoísmoodioadvertencia del InfiernopromiscuidadMi amadísima hija, no lloréis por vosotras mismas, sino por Mí, vuestro Jesús, que llora y sufre por la rapidez con que la raza humana cae en vidas depravadas y pecaminosas.
Debido a que Mi Palabra ha sido rechazada por tantos, por tanto tiempo, mucha gente no tiene dirección o conocimiento cuando se trata de las elecciones que hacen en sus vidas. Las almas, que se han alejado mucho de la Verdad, solo tienen sus propios deseos y auto-estima para guiarlos. La auto-obsesión, la inmoralidad sexual, la autogratificación y la búsqueda de bienes materiales, hacen estragos en sus almas. Nada les satisface ni puede satisfacerles. Cuando han llegado a las profundidades del pecado, buscan activamente las almas de los demás para atraparlas. Esto se debe a que Satanás ha devorado sus almas hasta tal punto que las utiliza para atraer a otras almas a su vil trampa.
La moralidad de la humanidad se ha hundido a tales profundidades que este espíritu de maldad está envolviendo a millones de almas diariamente. Oh, cómo aumenta Mi Dolor y cuánto trabajo se necesita para eliminar esta infestación. Llegará un momento en que sólo a un tercio de la raza humana se le dará la Gracia de descifrar la diferencia entre el bien y el mal.
Los que aceptan el mal, en cualquiera de sus formas, lo presentarán como algo bueno. Pronto hará falta ser muy valiente para alzar la voz y declarar: "Esto está mal", sin ser demonizado y despreciado por lo que se considerará un arrebato irracional.
Oh, cómo se hundirán los hijos de Dios. Las almas con corazones endurecidos, con odio a los demás, falta de compasión, codicia y ansia de violencia, aumentarán en número. Serán admirados en el mundo, cuando hace décadas habrían sido temidos. Por eso debo intervenir para salvar a la humanidad de su autodestrucción, antes del Gran Día del Señor.
El plan de Satanás es destruir tantas almas como sea posible. Mi Plan es detener esta infestación y no dudaré en proveer las señales, que son necesarias para despertarlos al Amor de Dios y por la necesidad de prepararse adecuadamente para el mundo venidero.
Nunca rechaces la Mano de Dios. Nunca ignores la Palabra de Dios, porque sin estas cosas no eres nada.
Tu Jesús