Madre de la Salvación: Esta Medalla final, traída a ti por mí, a través de la Misericordia de Dios, atraerá a miles de millones de almas hacia la Vida Eterna.

Mi querido hijo, Dios quiere salvar a cada persona, de cada fe, así como a aquellos que niegan la Existencia de Él y de Su Hijo, Jesucristo. Es por eso que las personas de cada edad, cada cultura y cada denominación, deben recibir una Medalla de Salvación.

Cada persona que reciba una Medalla, aunque no pueda ser bendecida, recibirá un Don extraordinario. Poco después, Dios les infundirá una Gracia, una comprensión de su propia impotencia y una conciencia del Amor Todopoderoso de Dios. Él iluminará incluso a las almas más obstinadas y a las que tienen el corazón de piedra. Pronto buscarán la Verdad y entonces clamarán a Dios, rogándole que les ayude a aliviar sus corazones y les colme de Su Gran Misericordia.

No rechacen el Regalo de la Medalla de la Salvación, porque esta Medalla final, traída a ustedes por mí, a través de la Misericordia de Dios, atraerá a miles de millones de almas hacia la Vida Eterna. Cuando Mi Padre me dio la instrucción de presentar al mundo el Santísimo Rosario a Santo Domingo, muchos lo rechazaron. Todavía hoy lo hacen, porque piensan que fue creado por mí. Me fue dado para que quien lo recitara pudiera protegerse del maligno. Es a través de mi intercesión que gracias especiales y protección son legadas a las almas, contra la influencia del maligno.

No cometas el error de rechazar esta Medalla, ya que es para todo el mundo y muchos milagros estarán asociados a ella. Aquellos que la rechacen o traten de evitar que otros la acepten negarán la salvación - especialmente los ateos, que son los más necesitados de la Intervención Divina. Siempre debes poner a esas personas que rechazan a Dios ante el Trono de Mi Padre y pedir Misericordia para sus almas.

Le rogamos que haga llegar la Medalla de la Salvación al mayor número posible de personas.

Tu querida Madre

Madre de la Salvación